AUGUSTO BERNAL // 

“En esta vida engañosa, el alma es la que molesta, en una y otra protesta se pasa la tragediosa”. Este fragmento de una de las decimas de la chilena Violeta Parra, me sirven para referirme al último trabajo del manchego, Pedro Almodóvar Caballero, “Dolor y Gloria”, (2019). Donde radica la importancia de su obra, “durante la dictadura militar del General Franco quienes vivíamos en España, formábamos parte del pueblo español. Muerto el dictador, pasamos a configurar la sociedad española”(1) ¿Por qué? El cine de Almodóvar se convirtió en un reflejo de esa sociedad, que construyo sin pensarlo en su propia comedia humana, siendo parte de las vidas. Se citan las chicas Almodóvar, el look Almodóvar, el kitsch Almodóvar de los ochenta. Todo gracias a la “gran movida madrileña” que su cine convirtió en un modelo dramático configurado por sus comics urbanos, como Pathy Diphusa, el punk, las revistas de amor, los consultorios sexuales y las chicas modernas que el mismo definido como buenas y malas. “…eran filmes de personajes autónomos y mujeres dueñas de sus cuerpos que prescindieran del varón y sirviéndose al tiempo de él”.
Con sus primeros trabajos introdujo los términos de las “Guarrerias”, personajes de acciones sucias, contrarias a la moral, sobre todo refiriéndose a su conducta sexual, elemento que integró como forma narrativa con un aliciente dramático que lo condujo a su “propia Guarreria” al percatarse que su relación con sus productores se ha había convertido en una angustia y funda su propia productora: EL DESEO PRODUCCIONES (2). Es por esto que sus cintas se convierten en determinantes y personales dentro de un modelo de producción que tan solo se ira cambiando al aparecer la ley del cine español que le dio capacidad de producción a las provincias y surge un cine de comunidades donde compiten consigo mismo.
Luego de casi 40 años de trabajo, tan solo tres cintas fueron recogidas como una memoria olvidada, por parte de su director: La ley del deseo, 1987 (con Antonio Banderas), y La mala educación, 2012, dándole a Banderas el titulo de alter ego, quien con el nombre de Salvador, un director casi tácito y desconocido por el tiempo por su trabajo, recorre sus decimas, a partir de una serie de recuerdos de su propia vida pasada, que se representa en sus amores, su madre, su inicio sexual, ubicando todo el trabajo fílmico en medio de tres épocas de su vida partiendo de su infancia, en medio de uno de los retratos mas personales de este trabajo donde la curiosidad y el deseo se convierten en un dolor amargo.
La relación con su madre y su enorme arrepentimiento por no lograr cumplir su deseo donde debería morir, en una de las imágenes mas determinantes del interior de este director y el tema final o su edad adulta donde el amor recordado como parte de la homosexualidad bien vista por ese movimiento madrileño que durante los ochenta fue determinante para entender la libertad sexual y su comprensión, y su hecho de ser víctima, identificación y lugar determinante de todo lo ocurrido. Sin embargo, el mismo dice en una entrevista “que al principio era como una referencia a si mismo, pero una vez escribiendo se independiza del origen”. ¿Cómo? Recordando su realidad presente, la infancia que lo llevo a conocer lo que no pudo estudiar al ser estudiante en un colegio de sacerdotes, las enfermedades que fueron surgiendo con la edad, la utilización y desasosiego que produjo la utilización de sustancias psicoactivas, y como lo dice claramente “es un juego que me gusta jugar”. Hay algo determinante en esta cinta como es la interpretación de Antonio Banderas que le represento el premio en el pasado Festival de Cannes, sin que la cinta haya logrado la Palma de Oro. Sin embargo, ese hecho referente de lograr crear la ficción a partir del mundo de su patio es casi imposible de comprender sin saber que su infancia fue definida por la sabiduría y forma como su madre interpretaba el mundo de La Mancha: machista, mojigato, irresistible, absurdo, católico e imaginado. Allí esta el sentido de comprende lo que se puede sentir al ver el “Dolor y la Gloria” como una apología a quien al abrir el discurso por el acta de investidura de a Doctor Honoris Causa de la Universidad de Castilla. La Mancha en marzo de 2000 inicia diciendo: “Una canción de Chavela (Vargas) dice:  antes de conocerte te adivine.
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(1)    Grassa, Toro. Carlos. La vida es puro teatro. “FICCION PARA MI ERA EL MUNDO DEL PATIO…” Pedro Almodóvar. Textos nº 2 Arcadia va al cine. Bogotá, 2002.
(2)    Creada después de Matador y primera producción fue La ley del deseo, 1987.

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